Esta alergia alimentaria es un importante problema de salud pública que afecta tanto a niños como adultos y cuya prevalencia está aumentando en las últimas décadas. Afecta a la calidad de vida y al bienestar psicológico de las personas que la padecen y sus cuidadores, y supone una importante carga social y económica en los países desarrollados.
¿Qué es la alergia a la LTP?
Las proteínas transportadoras de lípidos (LTP por sus siglas en inglés de “lipid transfer protein”) son una familia de proteínas que se encuentra ampliamente distribuida en el reino vegetal, donde desempeñan funciones defensivas. Actualmente son la causa más frecuente de alergia alimentaria en adultos de países del área Mediterránea, si bien cada vez existen más casos en el resto de Europa y también fuera de ella.
Estas proteínas se encuentran principalmente en la piel de frutas, frutos secos y otros vegetales, y se caracterizan por su alta resistencia al calor y a los procesos digestivos, lo que las convierte en alérgenos especialmente estables y capaces de provocar reacciones, incluso tras la cocción o procesamiento de los alimentos. Por este motivo, los pacientes alérgicos a la LTP no toleran alimentos cocinados o procesados tipo mermeladas, en almíbar, zumos, cerveza y vinos, entre otros. En la región Mediterránea, la LTP del melocotón (Pru p3) es una de las principales responsables de alergia alimentaria, aunque su presencia se extiende a otras frutas y productos vegetales.
¿Dónde se encuentra la LTP? (Fuentes comunes)
Entre los alimentos que contienen proteínas LTP se encuentran:
Grupo alimentario | Principales ejemplos |
Verduras | Cebolla, tomate, espárrago, berenjena, apio, col, lechuga, judía verde, brócoli, zanahoria, nabo rojo, chalota, maíz, ajo |
Frutas | Melocotón, manzana, granada, mora, cereza, uva pasa, uva, fresa, naranja, mandarina, kiwi, limón, plátano, albaricoque, arándano, melón, pera, ciruela, frambuesa, nectarina, higo |
Cereales | Arroz, trigo, cebada, espelta |
Legumbres | Guisante, lenteja, alubia |
Frutos secos y semillas | Cacahuete, castaña, almendra, avellana, nuez, pistacho, semilla de girasol, semilla de lino |
Especias | Mostaza, perejil, azafrán |
¿Cuáles son las causas más frecuentes de sensibilización?
Las LTP son consideradas como alérgenos alimentarios completos o de clase I, capaces de sensibilizar a través del tracto gastrointestinal. Sus características bioquímicas y moleculares le confieren una elevada resistencia a la digestión enzimática, al pH ácido y al calor.
Sin embargo, aunque la sensibilización se produce en la mayoría de los casos por vía gastrointestinal, hay pruebas de que la sensibilización a través de la piel y vía inhalatoria puede representar un mecanismo también relevante.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de esta alergia comienza con una evaluación clínica detallada, que incluye los síntomas, que pueden ir desde muy leves (picor o hinchazón de labios) hasta muy severos (shock anafiláctico); los alimentos consumidos antes de la reacción y la presencia de cofactores que puedan potenciarla, como el ejercicio físico, ingesta de AINES tipo aspirina o ibuprofeno, menstruación, ingesta de alcohol o las infecciones concomitantes.
Las pruebas cutáneas con extractos específicos, como el de Pru p3, permiten detectar la sensibilización, al igual que los análisis de sangre para medir IgE específica.
La prueba de exposición controlada es considerada el método más fiable para confirmar la alergia.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado?
El tratamiento clásico de las alergias alimentarias ha consistido en llevar a cabo una dieta de evitación de los alimentos a los que el paciente es alérgico. Sin embargo, la dieta de evitación en ocasiones no es fácil de llevar a cabo ni asegura la ausencia de reacciones.
Es por ello que las recomendaciones dietéticas deberán ser individualizadas para cada paciente en función de su perfil de sensibilización y reconocimiento, según las reacciones que haya presentado, la presencia o no de cofactores implicados y los alimentos consumidos y tolerados habitualmente.
Actualmente, el único tratamiento curativo de una alergia es la inmunoterapia, gracias al cual se puede modificar la historia natural del proceso alérgico y que el paciente se vuelva tolerante a un alérgeno específico que se administrará en dosis mínimas tolerables de forma repetida y prolongada para lograrlo. Desde hace ya más de 10 años está comercializada una vacuna específica frente a LTP Pru p3 que es la LTP presente en la piel de melocotón.
La vacuna se administra vía sublingual de forma diaria, siendo necesario realizar una fase de iniciación en una Unidad de Inmunoterapia de Alergología (no se puede iniciar en domicilio) para controlar la posibilidad de reacciones adversas, que suelen ser poco frecuentes. La pauta son 4 gotas diarias que se ponen bajo la lengua, se mantienen 30 segundos y posteriormente, se escupen. En los 5 minutos siguientes no se debe beber ni comer. Se debe administrar durante al menos 3 años. A los 6 meses de inicio, se pueden iniciar provocaciones controladas frente a alimentos para comprobar tolerancia.
¿Qué pronóstico tiene?
En general, la alergia a LTP es persistente en el tiempo. La severidad puede variar con la edad y la exposición. Algunas personas desarrollan tolerancia parcial con el tiempo.
¿Qué complicaciones pueden aparecer?
Entre las complicaciones más importante están:
La anafilaxia que es una condición grave y potencialmente mortal; la ansiedad relacionada con la alimentación y la malnutrición si hay restricción excesiva de alimentos
¿Qué cuidados debe tener el paciente en casa?
Los pacientes que padecen de este y otros tipos de alergias deben tomar cuidados en casa para evitar la aparición de eventos alérgicos y complicaciones. Entre ellas se encuentran:
- Leer cuidadosamente las etiquetas de los productos.
- Tener siempre disponible el autoinyector si está indicado por su médico de referencia.
- Evitar comer fuera sin información clara de los ingredientes.
- Educar a familiares y entorno cercano sobre el manejo de una reacción.
- Plan de acción escrito para anafilaxia.
- Educación al personal de restauración.
- Registro de reacciones en un diario alimentario.
Colaborador: Dr. Alejandro González Rojas.