La tasa de filtrado glomerular (TFG) permite evaluar el funcionamiento de los riñones. La principal función de estos es filtrar la sangre y eliminar los desechos y el exceso de agua del organismo, esta eliminación se lleva a cabo a través de la orina. El normal funcionamiento de estos órganos es de vital importancia para mantener la homeostasis (mantenimiento del medio interno del organismo), por lo que la mayoría de electrolitos y minerales también se regulan a este nivel.
Los encargados de realizar esta tarea son los glomérulos, filtros diminutos localizados en el riñón que permiten eliminar los productos de desecho de la sangre, al mismo tiempo que evitan la pérdida de constituyentes importantes como las proteínas y las células sanguíneas. Filtramos cerca de 200 litros de sangre cada día y producimos unos 2 litros de orina. La TFG hace referencia a la cantidad de sangre que se filtra por minuto en un glomérulo.
La disminución de la Tasa de Filtrado Glomerular es un indicativo de afectación renal y traduce disminución en la capacidad de eliminar productos de desecho del organismo por lo que se comienzan a acumular.
Existen varias enfermedades que pueden producir un daño renal que justifique un deterioro de la TFG; entre las más frecuentes se encuentra, la diabetes mellitus y la Hipertensión arterial siendo las principales causas de la Enfermedad Renal Crónica (ERC).
A partir de los 40 años se suele perder un 1% de la capacidad de filtración anual.
El cálculo de la tasa de filtrado glomerular se realiza mediante una fórmula que emplea el valor de la creatinina en sangre, la edad, raza y sexo de la persona. La National Kidney Foundation (NKF) y en España la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML), recomiendan que la TFG se calcule automáticamente cada vez que se realiza una determinación de creatinina en sangre.
Los valores normales de TFG son entre 60-100 ml/min/1.73m2.