Los triglicéridos constituyen el principal tipo de grasa, junto con el colesterol, que se transporta por la sangre. Provienen en mayor medida de los alimentos de la dieta, aunque también pueden ser sintetizados por el hígado. Se acumulan en forma de grasa corporal y constituyen la mayor reserva de energía del organismo. Son buenos aislantes térmicos y su degradación produce calor.
Los TG se encuentran mayormente en el tejido adiposo, pero existe una pequeña cantidad que se encuentra circulando en los tejidos; sus valores pueden verse afectados por la dieta por lo que se recomienda un ayuno adecuado antes de medirlos en sangre. El transporte a través de la sangre es realizado por lipoproteínas de muy baja densidad o VLDL.
Los valores elevados de TG en sangre se asocian a tener un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular (ECV). Pueden elevarse en diferentes situaciones como la falta de ejercicio físico, el sobrepeso, el tabaquismo, el alcoholismo, la diabetes mellitus o en enfermedades renales.
La dieta es un elemento importante para disminuir los valores de TG; se recomienda una dieta baja en grasas y alimentos con bajo índice glucémico como las acelgas, el brócoli o los frutos secos. Se evitará la bollería industrial, cambiando a una dieta más rica en frutas y verduras.
Los valores normales son aquellos inferiores a 150mg/dl.
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