La haptoglobina es una proteína que se produce en el hígado cuya función es detectar la hemoglobina (Hb) libre en la sangre y unirse a ella; al hacerlo se forma el complejo haptoglobina-hemoglobina que es eliminado de la circulación por el hígado para que el hierro pueda reciclarse y descomponerse.
La formación del complejo haptoglobina-hemoglobina también evita que la hemoglobina sea filtrada por los riñones, para los que puede ser tóxica, y pase a la orina.
Ante procesos que cursan con una destrucción masiva de glóbulos rojos la concentración en sangre de haptoglobina disminuye, esto sucede dado que se une fácilmente a la hemoglobina libre y su utilización es mucho mayor que la capacidad de síntesis por parte del hígado.
El aumento de la destrucción de los glóbulos rojos o hematíes puede ser debido a: trastornos hereditarios o adquiridos que causan su hemólisis, reacciones transfusionales, ciertos medicamentos y/o roturas mecánicas como las que se pueden observar en las personas portadoras de prótesis valvulares en el corazón. Esta destrucción puede ser aguda o crónica y los valores de haptoglobina dependerán del volumen de hematíes destruidos.
Dado lo anterior esta prueba se emplea principalmente para facilitar la detección de anemia hemolítica y para distinguirla de otros tipos de anemia.
Además la haptoglobina es una proteína de fase aguda, por lo que en ocasiones puede elevarse en procesos inflamatorios siendo inespecífica en este sentido.
Los valores normales están entre 30-200 mg/dL, pudiendo variar ligeramente entre diferentes laboratorios.