Los neutrófilos son un tipo de leucocitos, que representan entre el 50% y el 70% del total de células blancas en la sangre. Estos glóbulos son producidos en la médula ósea y liberados al torrente sanguíneo en respuesta a una infección o inflamación en el cuerpo.
La principal función de los neutrófilos es detectar y destruir microorganismos invasores, como bacterias, hongos y virus. Para lograrlo, estos glóbulos blancos tienen la capacidad de migrar a través de los tejidos infectados y fagocitar o «comer» a los agentes externos eliminándolos de esta manera de nuestro cuerpo.
Se caracterizan por tener un núcleo lobulado y una gran cantidad de gránulos citoplasmáticos (granulocitos) que contienen enzimas y proteínas. Estos gránulos son esenciales para la fagocitosis y la degradación de los microorganismos invasores.
Los valores normales se encuentran entre 1,8-7,4 mil por microlitro pudiendo variar ligeramente entre laboratorios.